lunes, 22 de noviembre de 2010

PESCUEZA: LA SENCILLA BELLEZA.

Siempre es un placer darse una vuelta por Pescueza respirando el silencio, pasear por las callejas enmarcadas de piedra o deleitarse en una ruta por sus entornos naturales, entre jaras y encinas, disfrutando de la sencilla y sosegada belleza de sus paisajes.

Si buscais un turismo tranquilo, humilde pero lleno de ricos y variados matices. Si quereis disfrutar de la calidad que ofrece la vida rural. PASAD POR PESCUEZA. VENID A PESCUEZA.

martes, 16 de noviembre de 2010

LA URGENCIA DE LA VIDA


En este mundo acelerado que vivimos, en el que “parar” es un pecado, darle tiempo a la meditación, a la contemplación, al silencio es una antigüedad, estamos rodeados del vértigo de las novedades. Hasta los libreros comentan sorprendidos que un libro que salió con olor a imprenta hace dos meses ya es prehistórico. Y, qué hablar de las noticias, los acontecimientos, las películas, la música, los negocios…

Y nos encontramos diciendo con frecuencia “ ¿Ya pasaron dos meses desde que... ? ‘’

Yo pertenezco a la generación de los que muchas veces han leído más de una vez una novela, en el lapso de diez o doce años, pera absorber el néctar que nuestra inmadurez dejó guardada en sus hojas y que redescubrimos cuando pasa el tiempo sobre nosotros. Hoy es diferente,ni mejor ni peor, sólo distinto

Parece que cada vez mayor cantidad de personas se aterran pensando que es ser “antiguo” si no se es rabiosamente novedoso, y tienen miedo de vivir “a destiempo”. Si nos fijamos, podremos leer que en ningún momento una película recauda tanto como en su primera semana de exhibición.

Internet favorece esta urgencia: los comentarios sobre esos estrenos aparecen en sus SMS durante dos días, luego de esto, no se habla más del tema. O sea que esa película existió y se habló de ella, ANTES de exhibirse, es decir, cuando aun no podía verse. y luego, pasó de moda.

Tal vez esto me sorprenda porque nací en el siglo pasado y me pregunto cómo soportamos en el ahora, esta aceleración continua. Miro a los jóvenes y dudo que vivan un presente sosegado, razonablemente duradero que puedan saborear lentamente. Su presente es, en realidad, pasado constante y no se dan cuenta, tal vez, que a veces lleva años producir algo que el destinatario va a consumir en dos horas (una película), o en una semana (una novela) y que además una vez que lo han “devorado”, pasa a formar parte de “lo antiguo”. Ellos miran las diferencias generacionales y a veces no nos entienden , nosotros lamentamos no poder comprenderlos. Creo que lo mejor es amarlos, ese es el único puente que favorece nuestra comunicación.

martes, 2 de noviembre de 2010

PESCUEZA: NATURALEZA CERCANA


El otoño es buena época para disfrutar de la naturaleza. En Pescueza tenemos entornos naturales de gran belleza, donde podemos recrearnos en la contemplación del paisaje mientras disfrutamos, escuchando en silencio los diversos rumores del campo. Darse un paseo a la Aceña de Tio Amancio, entre canchales y encinares, por el camino que serpentea junto al generoso cauce del Arroyo del Cachalon, es una 0portunidad cercana de disfrutar de todo lo que la naturaleza nos ofrece. Alcanzar las orillas del Rio Alagon, donde las antiguas aceñas desafian el paso del tiempo; y en el cercano cerro la casa del molinero, el bohio; edificios de piedra que encierran la historia de un pasado cercano; arquitectura popular, que en su contemplación nos alertan de nuestra indiferencia y nos invitan a ayudarles para no caer bajo el peso inagotable de los dias. Es hermoso disfrutar subiendo por las veredas, entre alfombras vegetales de hojas secas, hasta los cerros de Chamorro cercanos al río y contemplar desde sus naturales atalayas los paisajes abiertos y lejanos cuya vista se extiende sobre el cauce del rio hasta la antigua ciudad de Coria.
Todos estos maravillosos entornos naturales se encuentran al alcance de nuestra mano, en estos campos cercanos a Pescueza. No hay que irse muy lejos para disfrutar de la naturaleza. Es como si la propia naturaleza se acercase a nosotros para darnos el disfrute de su contemplación.