jueves, 9 de septiembre de 2010

LOS ZAPATOS DEL OTRO

A veces creemos que es fácil hacer la labor que otros hacen….Incluso desestimamos el valor de una tarea que proviene de otra persona. Desde fuera, juzgamos con liviandad por lo que “nos parece” sin profundizar en el tema.

Tal vez eso suceda hasta que la vida nos lleva a calzarnos los zapatos de otro, cuyo valor o importancia hemos menospreciado, o desechado y criticado la manera de hacer la tarea y vemos de pronto qué diferentes son las cosas desde la óptica real.

¿Qué lleva a muchas personas a estas actitudes?….Qué reacción genera esta acción en los grupos humanos?

¿Qué sentimos cuando nos calzamos los zapatos de otro o cuando se calzan nuestros zapatos?…

Más vale usar nuestros propios zapatos y manejarnos de modo que con ellos aprendamos a movernos por las cuestas de la Vida atentos al subir y al bajar…Si es posible, con una mano extendida para quien necesite, justo cuando pasa a nuestro lado, sin prejuicios del resultado de su labor al compararla con la nuestra…

Cada día que pasa, tenemos la opción de elegir crecer o achicarnos, vivimos la posibilidad de aferrarnos a las pequeñeces o de disfrutar de y con los demás, se nos brinda la elección de nutrirnos o intoxicarnos tanto como de nutrir intoxicar a quienes nos rodean…Se repite la oferta de elegir si damos o recibimos y cada día que pasa, amoldamos nuestros zapatos según nuestras propias elecciones….Dejemos que cada uno se calce los propios…

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1 comentario:

ana dijo...

Es una reflexión muy acertada, la metáfora toma especial importancia si la transladamos al terreno político, donde tan fácilmente se da la crítica destructiva y por desgracia contagiosa en los tiempos difíciles que estamos viviendo...