Días pasados llegó a mis manos. Tal vez porque una serie de demandas transforma mis días en una ajetreado ir y venir que me impide sentarme a escribir mis pensamientos para compartirlos con Ustedes, decidí acompañarlos con este cuento que ilumina y desarrolla la eterna búsqueda de uno mismo con uno mismo.
“Al final del campo donde vivía Hu Song había un barranco. Para pasar al otro lado, en el que había un hermoso prado y una fuente de aguas claras, la gente debía bajar trabajosamente para subir luego una pendiente muy empinada.
Todos los días Hu Song tomaba unos guijarros y los tiraba al fondo del barranco.
-¿Para qué haces esto Maestro?- le preguntó uno de sus discípulos.
Y respondió Hu Song: – Es mi aporte para reducir el abismo que nos separa de lo que deseamos. Si todos hacemos lo mismo, si nuestros hijos y nietos también lo hacen, alguna vez el barranco quedará cubierto, y los hombres podrán disfrutar sin fatigas de lo que ahora nosotros debemos sufrir para poder gozar.
Mis guijarros son pequeños, ya que no puedo cargar los grandes, pero gracias a ellos, la fuente y el prado están cada día más cerca”.
Quizá pienses que entre el lugar en que hoy estás y el que te gustaría estar hay un abismo…Si empiezas hoy, cada día podrás estar más cerca….
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