Comparto de nuevo con vosotros mi reflexion en el 5x1 del soñador de guardia/guardador de sueños, Paco Martin, en cuya mesa camilla virtual colaboro cada semana junto a mis amigos Javier, Ruth y Helena.
Quiza una de las mayores experiencias pedagógicas de la vida sea el error. Equivocarnos nos permite aprender, nos invita a encontrar cauces positivos en nuestras decisiones, en nuestro camino diario. No conviene que dejemos de tomar iniciativas por miedo al error. La actividad permanente del ser humano se basa en una continua toma de decisiones que nos ayuda a ser libres a la hora de organizar y programar nuestra propia existencia.
Quizá el problema social, en cuanto a una actitud negativa del error, este en la raiz educativa, donde el error se presenta como un fracaso, en aquella metodología pedagógica arcaica y desfasada en la que los errores se castigaban (y aun se castigan) Creo que lo fundamental seria buscar formulas para que el alumno aprendiese de la equivocación, sacando conclusiones positivas del error.
Se debe convertir el error en un hecho transparente que nos permita, sin complejos, tomar nuevas decisiones. La sociedad debe admitir los errores como consecuencias necesarias en la toma de decisiones, incluso diría que imprescindibles para un desarrollo social equilibrado. Lo verdaderamente importante es aprender del error rectificando positivamente nuestra actitud, pero nunca hacer una tragedia de la equivocación. El error es un derecho de las personas que se produce como consecuencia del uso de nuestra libertad.
Por ello, es bueno equivocarse, es bueno tener errores si aprendemos a reconocerlos y nos sirven para encauzar nuestra actitud positiva ante la vida. La libertad nos hace participes del error y, por lo tanto, el error es parte de nuestra libertad.
Nos cuesta trabajo reconocer nuestras equivocaciones, cuando no debería ser así. Deberíamos considerar la equivocación como algo normal, como un hecho, vuelvo a decir, positivo en nuestra convivencia.
El que no hace nada, nunca se equivoca, por que no tiene nada en que equivocarse; sin embargo, aquellos que se equivocan son los que toman decisiones e iniciativas que les permiten tener una actitud social y positivamente constructiva ante los demás.
Por ello, equivoquémonos, tengamos errores que nos enseñen a vivir, a sentir, a relacionarnos, aprendamos del error para motivarnos más en nuestra actitud social y tomemos decisiones sin miedo a equivocarnos. El error es un derecho de nuestra libertad.
Quiza una de las mayores experiencias pedagógicas de la vida sea el error. Equivocarnos nos permite aprender, nos invita a encontrar cauces positivos en nuestras decisiones, en nuestro camino diario. No conviene que dejemos de tomar iniciativas por miedo al error. La actividad permanente del ser humano se basa en una continua toma de decisiones que nos ayuda a ser libres a la hora de organizar y programar nuestra propia existencia.
Quizá el problema social, en cuanto a una actitud negativa del error, este en la raiz educativa, donde el error se presenta como un fracaso, en aquella metodología pedagógica arcaica y desfasada en la que los errores se castigaban (y aun se castigan) Creo que lo fundamental seria buscar formulas para que el alumno aprendiese de la equivocación, sacando conclusiones positivas del error.
Se debe convertir el error en un hecho transparente que nos permita, sin complejos, tomar nuevas decisiones. La sociedad debe admitir los errores como consecuencias necesarias en la toma de decisiones, incluso diría que imprescindibles para un desarrollo social equilibrado. Lo verdaderamente importante es aprender del error rectificando positivamente nuestra actitud, pero nunca hacer una tragedia de la equivocación. El error es un derecho de las personas que se produce como consecuencia del uso de nuestra libertad.
Por ello, es bueno equivocarse, es bueno tener errores si aprendemos a reconocerlos y nos sirven para encauzar nuestra actitud positiva ante la vida. La libertad nos hace participes del error y, por lo tanto, el error es parte de nuestra libertad.
Nos cuesta trabajo reconocer nuestras equivocaciones, cuando no debería ser así. Deberíamos considerar la equivocación como algo normal, como un hecho, vuelvo a decir, positivo en nuestra convivencia.
El que no hace nada, nunca se equivoca, por que no tiene nada en que equivocarse; sin embargo, aquellos que se equivocan son los que toman decisiones e iniciativas que les permiten tener una actitud social y positivamente constructiva ante los demás.
Por ello, equivoquémonos, tengamos errores que nos enseñen a vivir, a sentir, a relacionarnos, aprendamos del error para motivarnos más en nuestra actitud social y tomemos decisiones sin miedo a equivocarnos. El error es un derecho de nuestra libertad.
5 comentarios:
Hola amigo Cruz:
Acabo de subir al blog de Feluky y al de Guillermo un comentario muy relacionado con lo que dices, me ha quedado tan bien que seguro lo transforme en post y lo suba a mi blog. Viene a abundar en eso que dices en tu post: "es bueno equivocarse, es bueno tener errores si aprendemos a reconocerlos y nos sirven para encauzar nuestra actitud positiva ante la vida".
Por tanto, permitámonos el derecho a equivocarnos; y sobre todo, el derecho a rectificar.
Recibe un muy fuerte abrazote amigo.
Querido Cruz:
Poco es el regalo que te doy en comparación con todo lo que, en tan sólo unos días, me has dado tú... Pero, al menos, quería que supieras que, "oficialmente", estás en mi corazón, y que, cuando quieras darte un paseito por el maravilloso cielo azul, juguetear con los pajarillos y comerte dulces nubes de algodón, sólo tienes que llamarme, y juntaremos nuestras alas para volar libres y disfrutar de nuestra amistad...
Gracias por todo, amigo del cor
Hola Javier:
Esto del error es muy humano. Te pido que subas tu reflexion al tu blog, me gustaria que ampliasemos el tema.
Querida Angelet:
Gracias por tus palabras, gracias por hacerme pensar que puedo haber influido en ti para hacerte un poco mas feliz. ES mas hermoso que me podria ocurrir, por que ello me haria feliz tambien a mi.
Pero yo creo que si ese cambio se ha producido los has realizado tu misma. Alguien puede encerte cerca de ti una lucecita para que puedas abrir la ventana y ver el cielo azul del dia. Disfruta la vida y se feliz.
Un beso.
En una sociedad individualista y competitiva como la que nos ha tocado vivir, errar es pecar, osea, jugarte tu puesto de trabajo, jugarte tu ascenso, jugarte tu cambio de departamento... En una sociedad así, soberbia, vanidosa, prepotente, dónde sólo vale el nº 1 y da igual a quien pases por encima para llegar a la cima, el error es imperdonable...
Pero he escrito mucho acerca de este tema, porque creo que el error puede ser precisamente uno de nuestros mayores y mejores maestros: analizamos qué hemos hecho mal y no volvemos a cometerlo. Y es que así aprende el ser humano: por la fórmula del ensayo-error, lo quiera reconocer o no... De la misma manera que podemos aprender exactamente igual de nuestros triunfos...
Pero... siempre hay un pero... También vivimos en una sociedad sometida al "qué dirán"... Y reconocer ante nosotros mismos un error cometido aún parece factible. Pero hacerlo público... ¡Eso ya es harina de otro costal!
Y creo que la mayoría de la gente no se ha dado cuenta aún de que cada uno de nosotros somos uno independiente y diferente, uno "especial", con sus debilidades y sus virtudes, pero que nada tiene que buscar en los demás, ni nada tiene que demostrar a los demás, ni ninguna cuenta tiene que dar a los demás...
Quizá cuando seamos conscientes de nuestra individualidad (que no aislamiento o separatismo, sino simplemente respeto por uno mismo) y aprendamos a aceptarnos a nosotros mismos como somos y a los demás como son, seremos capaces de abandonar esas luchas maratonianas entre unos y otros por ser el number one... ¿Nº 1 para qué? Porque esa carrera es una carrera sin final, y además es indispensable que la corras solo...
¿Cuándo llegará el día en que se nos encienda la lucecita en la cabeza y nos demos cuenta que estamos aquí para tratar de ser felices y vivir en armonía los unos con los otros y no tirándonos del pelo por envidias, rencores, no saber perdonar y, sobre todo, ser tan estúpidos de no habernos dado cuenta de que nuestra única misión es AMAR?
Siempre lo he dicho: con lo difícil que es hacer las cosas mal y lo fácil que es hacerlas bien, no consigo entender por qué la gente se mete siempre en camisas de once varas que sólo les lleva al sufrimiento constante...
Será que me mandaron a un mundo equivocado o a una época equivocada o que tal vez debería estar al otro lado del muro del hospicio, como decía el cuento aquel del loco...
Un beso, compadre!!!
Querida angelet: ¡Que maravilla! Cuanta verdad, cuanta experiencia y cuanta sabiduria encierran tus palabras. Tienes mucho que dar. Mucho que decir para que los demas sepamos y podamos aprender. Quedate con nosotros por que nos haces falta.
Un besazo amiga mia.
PD. No se nada de Rosa Se que su madre estaba enferma pero no se como sigue.
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