lunes, 9 de noviembre de 2009

EL OASIS RURAL


Os aporto una semana mas mi colaboración en ese 5x1, donde Paco Martin, nuestro soñador de guardia-guardador de sueños, nos abre generosamente el postigo de la amistad, a mis compañeros y amigos Javier Caso, Helena, Ruth y a un servidor.

* * *

El trasiego galopante de la vida urbana. La estructura agobiante de una gran urbe, hecha para la prisa, para el ruido que nos aisla, para el egoísmo que nos enfrenta, para el dinero que nos esclaviza y nos divide, para toda esa amalgama apabullante de normas sociales o antisociales de que esta hecha la sociedad moderna; nos hace cada vez mas impermeables al entorno. Cada cual va a lo suyo, con prisa, indiferente a todo lo que pasa a su alrededor. Nunca se esta tan solo como cuando formamos parte de la multitud. La actual estructura social, en una gran ciudad, tiende a individualizarnos, yo diría que esta formada por una tendencia antisocial. El tiempo se limita y la velocidad se impone, no hay momento de respiro para el encuentro, el abrazo, la mirada, las palabras donde compartir nuestros sentimientos. Materialismo puro y duro.

Con todo este oscuro panorama urbano, se hace necesaria mas que nunca una percepción profunda y amplia de la vida rural. En el pueblo, el corazón se amplía hacia los demás, nos preocupamos por los demás y encontramos cada mañana, a parte de ese olor a pan tierno recién hecho, miradas, saludos, palabras que nos ayudan y nos invitan a compartir la vida. El pueblo es la familia, defendemos las mismas ilusiones y los mismos proyectos, las manos, los brazos, la ideas se unen cada día en un marco de ilusión para trabajar juntos en una misma tarea colectiva.

Por eso es necesario, hoy mas que nunca, revitalizar la vida rural, promover y sostener los valores humanos, sociales, naturales que la vida rural posee. Cultivar ideas que hagan posible alicientes económicos, turísticos, culturales, que permitan ofrecer medios de vida en el ámbito rural.

Todo ello debemos hacerlo sin desdibujar los valores de la convivencia y de la existencia rural. Al igual que consideramos que es necesario, posible y compatible el avance económico con el mantenimiento del entorno natural, también puede ser necesario y posible avanzar en las zonas rurales,a través del mundo empresarial, turístico, comercial,y económico en todos los sentido, conservando sus virtudes y sus raíces peculiares, para que podamos seguir disfrutando de un oasis de vida y valores humanos en medio de este desierto de la prisa, del egoísmo y de la indiferencia.

3 comentarios:

Armando dijo...

Por supuesto que en la vida rural se percibe un estilo de vida más pausado, pero no por ello, vamos a pasar por el mismo rasero a todas las personas que habitan las grandes urbes, y en donde hay semejantes nuestros que luchan en contra de todos los males que sacuden a la humanidad y en pro de un mundo en consonancia con nuestra libertad, que, por querer hacer de ella mal uso, nos da como resultado el mal que estamos padeciendo.

Un saludo muy cordial.

Jose Vicente de Pescueza dijo...

Cruz, comparto lo que dices, pero yo creo que te falta algo muy importante, y es querer vivir en la vida rural. Cuánta de nuestra gente que nacen en el pueblo se niegan a vivir en la vida rural?. Creo que lo más importante es el querer apostar por un proyecto en un pueblo, mucha gente trabaja en los pueblos y vive de sus riquezs, pero sus casas y residencias estan en las grandes ciudades cercanas a los pueblos.
Saludos

ana dijo...

Es muy acertado todo esto que exponéis, y lo comparto, pero también es verdad que las personas a pesar de valorar lo que tenemos en los pueblos pequeños, sin embargo, tienen miedo de perder esos "accesos directos" a los servicios, que les proporcionan las urbes y que no son tan directos en el mundo rural.
Aunque cierto es, que vivir en la ciudad no garantiza mejores y más accesibles servicios, no es menos cierto que la creencia de que vivir en el mundo rural, es vivir un tanto aislado y privado de ciertas comodidades y servicios más cercanos, es lo que frena a muchos a la hora de decidirse a mudar los bártulos.
Habría mucha tinta que verter sobre estos asuntos, y en último caso es también cuestión de opiniones distintas y experiencias diversas, pero creo que algo está bullendo bajo el asfalto y la tendencia va a invertirse, de esta forma, vamos a ver una transferencia de capital humano de la ciudad al campo y esta inversión dará un impulso a la vida rural y despertará a los pueblos de su letargo.
Que así sea...