El otro día leí un reportaje que me impacto. Mientras algunas agrupaciones ecologistas, sensibles con el evidente deterioro del planeta, proponen el mantenimiento a toda costa de los actuales bosques y la plantación de arboles como defensa contra el cambio climático, en los bosque siberianos de Rusia, se produce una masacre forestal de incalculables proporciones con la tala ilegal de millones de arboles, y lo malo es que le estamos haciendo el juego a estos desalmados comprando muebles y papel procedentes de esta barbarie. Una vez mas se demuestra que los intereses comerciales no tienen sentimientos ni escrúpulos.
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